Rinde 1 porción
INGREDIENTeS
- 1 poro chico, picado (parte blanca y parte verde tiernita)
- 3 tz hojas de diente de león tiernas, picadas (quita las partes muy gruesas y fibrosas del tallo)
- 1 tz hojas de espinaca baby
- 2 huevos orgánicos, de gallina feliz
- 1 cda mantequilla de libre pastoreo sin sal, ghee o aceite de aguacate
- Sal y pimienta al gusto
- Opcional – 2 cdas queso feta desmoronado
Video de la receta
ELABORACIÓN
- Pon agua a hervir en una olla mediana y blanquea durante 1-2 minutos las hojas de espinaca baby. Retíralas utilizando un cucharón colador, transfiere a un escurridor y déjalas denar por unos minutos.
- En la misma agua agrega ahora las hojas de diente de león y repite el paso anterior.
- Utilizando un trapo o una servilleta, exprime las hojas de espinaca y las de diente de león para quitar la mayor cantidad de agua posible.
- Derrite la mantequilla a fuego medio en un sartén de hierro fundido de 8”. Saltea el poro durante unos minutos, hasta que se suavice. Agrega las hojas de diente de león y la espinaca en tandas, y mézclalas con el poro. Repite hasta que hayas agregado todas las hojas. Sazona con sal y pimienta y mezcla de nuevo.
- Agrega los huevos sobre la superficie de las hojas y cocina hasta que las claras estén completamente cocidas. Agrega el queso feta y cocina durante un par de minutos más.
NOTA: Si lo prefieres, puedes cocinar los huevos en el horno. De ser este el caso, mete el sartén al horno precalentado a 180℃ después de cascar los huevos y cocina durante 5 min. Saca el sartén y agrega el queso. Mete de nuevo al horno y cocina durante 5 min más o hasta que las claras estén cocidas.
¿Cuáles son los beneficios de este plato?
El diente de león se ha empleado durante siglos por sus propiedades medicinales.
La evidencia de sus grandes poderes curativos queda demostrada por su nombre científco, Taraxacum officinale, que deriva de las palabras griegas “taraxis” que quiere decir inflamación y “akeomai” que quiere decir curativo. (1)
Desde el siglo X se emplea para aliviar padecimientos relacionados con el hígado — su característico sabor amargo es indicativo de sus propiedades como colerético y colagogo, es decir, que activa la producción y facilita la expulsión de bilis.
La bilis es un líquido producido y secretado por el hígado que se almacena en la vesícula biliar. Es muy importante en el proceso de digestión ya que rompe las grasas para que puedan absorberse más fácilmente por el intestino, alcaliniza los intestinos para optimizar la función de enzimas digestivas, ayuda a la eliminación de toxinas y otros materiales de desecho a través de las heces, y evita la propagación de microorganismos dañinos en el colon.
Por si fuera poco, en la actualidad, al diente de león también se le atribuyen propiedades diuréticas, laxantes, antiinflamatorias y anticancerígenas. (1, 2)
El diente de león puede comerse crudo o cocinado y es una excelente fuente de vitaminas C y K1, así como de importantes minerales como el hierro, calcio, magnesio y potasio. (3)
Es también rico en antioxidantes como el beta-caroteno que nos protegen contra moléculas muy reactivas que están vinculadas a padecimientos como el envejecimiento, el cáncer, la aterosclerosis y trastornos neurodegenetativos como el Alzheimer. (2, 3)